¿Por qué nos gusta lo prohibido?
Dios les dio un mundo lleno de
placeres a Adán y a Eva con la única condición de que no comieran de una fruta
prohibida… ¿Y qué hicieron ellos? Comérsela.
Es curioso como solo hay que prohibir
a un niño algo para incitarle a que no solo lo haga si no de manera reiterada
cuanto mayor sea el grado de prohibición. Pero a qué se debe este deseo por
conseguir lo prohibido aun sabiendo que realmente es malo a lo que nos conduce.
Según especialistas de la Universidad EAFIT de
Colombia las causas estarían en el miedo consciente, este miedo nos resulta placentero porque
somos capaces de controlarlo y nosotros mismos lo creamos y buscamos a
voluntad.
Y es esta
transgresión lo que nos genera ese impulso de placer al conseguir esa pequeña
meta imposible.
Podemos tomarlo
como un pequeño gesto de rebeldía demostrando que somos libres de tomar
nuestras propias decisiones.
Es también una
forma de aprendizaje, vemos en primera persona y conocemos las consecuencias de
tomar unos actos y no lo que nos han recomendado.
Este estudio
demuestra que renunciar a lo imposible es mucho más fácil si se realiza bajo el
consenso de un grupo.
Ángela Morales Ramírez