miércoles, 25 de marzo de 2015

¿Por qué nos gusta lo prohibido?


Dios les dio un mundo lleno de placeres a Adán y a Eva con la única condición de que no comieran de una fruta prohibida… ¿Y qué hicieron ellos? Comérsela.


Es curioso como solo hay que prohibir a un niño algo para incitarle a que no solo lo haga si no de manera reiterada cuanto mayor sea el grado de prohibición. Pero a qué se debe este deseo por conseguir lo prohibido aun sabiendo que realmente es malo a lo que nos conduce.

Según especialistas de la Universidad EAFIT de Colombia las causas estarían en el miedo consciente, este miedo nos resulta placentero porque somos capaces de controlarlo y nosotros mismos lo creamos y buscamos a voluntad.

Y es esta transgresión lo que nos genera ese impulso de placer al conseguir esa pequeña meta imposible.
Podemos tomarlo como un pequeño gesto de rebeldía demostrando que somos libres de tomar nuestras propias decisiones.

Es también una forma de aprendizaje, vemos en primera persona y conocemos las consecuencias de tomar unos actos y no lo que nos han recomendado.

Este estudio demuestra que renunciar a lo imposible es mucho más fácil si se realiza bajo el consenso de un grupo.

 Ángela Morales Ramírez

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