Aceptando
la propuesta que lanzó el profesor de psicología, quise averiguar cuáles eran
las señales que aparecen cuando una persona quiere finalizar una conversación.
En un principio pensaba que me iba a costar identificarlas... pero
“sorprendentemente” no fue así. Probé de tres formas: en persona, por teléfono
y por mensajes.
Cara a cara:
Charlando
con una amiga durante un rato (un buen rato), iba llegando la hora de decir
“adiós” y acto seguido empezó a sacar el móvil repetidas veces para ver la hora
diciendo “madre mía, qué hora se me ha hecho”, yo pretendía seguir con el
experimento tanto como pudiera, y al ver la chica que no iba a callarme tan
fácilmente desvió su mirada... básicamente miraba al suelo o al infinito
mientras se balanceaba de un lado a otro contestándome con monosílabos. Durante
varios momentos hubo silencios incómodos, suspiros y alguna que otra frase como
“pues qué bien haber hablado contigo”... en vista de que no me iba a callar la
chica (inteligente) optó por decir que tenía que irse porque había quedado o
tenía que hacer muchas tareas.
Telefoneando:

Whatsapp:
En cuanto a
mensajería... no sé si se están librando de una servidora con “mala fe” o no...
pero esto es lo que me he encontrado. Hablando con un amigo, llegó (como en los
dos anteriores casos) el momento de finalizar la charla... es como lo que
ocurrió con la llamada con la diferencia de que no oía el importante tono de voz
que lo cambia todo... pero bueno, lo que ocurrió fue que esos silencios
incómodos pasaron a ser esperas agonizantes, atentos a que alguno pasara de “en
línea” a “escribiendo...”, lo malo es que cuando eso sucedía, lo único que
aportaba a la conversación era un “bueno... pues nada... aquí estamos...”.
Finalmente el chico decidió a las 2 de
la mañana que sería mejor irse a dormir.
Con este
mini-experimento me he dado cuenta de que en realidad es “fácil” identificar
estos gestos corporales, o esas frases recurso, para saber qué es lo que quiere
una persona, que en este caso era librarse de mí por completo, por lo que se
puede (y se ha hecho) aplicar a otras situaciones y descubrir cómo se sienten
una persona y poder utilizar esa información para bien... o para mal...
(esperemos que para bien)
María Marín Herrera
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